martes, 30 de octubre de 2012

Hay un momento en el que solo quieres saberlo, sin pensar en las consecuencias.
Es ridículo sonreir como si no te doliera ninguna de las palabras y al estar sola darte cuenta que duele demasiado, tanto como para llorar.
Es una tontería, no tenía que haber querido saberlo, lo sé, pero quería saberlo, lo necesitaba. 
A lo mejor no tenía que haber sonreido, a lo mejor tenía que haber llorado tal y como quería, pero supongo que no quise demostrar que me dolía, no quería que supiera que me afectaba.
Quiero ser fuerte, quiero escuchar críticas sin pasarlo mal, quiero aceptarlas tal y como son sin darle demasiada importancia.

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